martes, 16 de octubre de 2018

evolucion de la sociedad tradicional a la sociedad moderna




El paso de una sociedad a la otra se produjo concretamente en la segunda mitad del siglo XVIII, con la Revolución Francesa y la Revolución  Industrial; de aquí se desarrollaron  una serie de hechos y pensamientos que transformaron la sociedad, de agrícola a industrial. Esta nueva sociedad nació de una mutación radical de la manera de vivir y pensar. En las sociedades industriales la religión es desplazada a un segundo plano, esta características es clave, ya que puede ser uno de los factores que da paso a que la economía sea en la sociedad industrial de carácter expansionista con gran producción, lo que da como consecuencia una racionalidad instrumental que no se conocía en otras épocas. Ahora vivimos en una época de transición que es rápida, confusa y dinámica, que transforma a cada sociedad y las diferencias con una brecha, la mayoría de las veces, grandes y ostentosas. Estas brechas y diferencias son las que dan origen a la clasificación típica de la mayoría de las teorías.
Se pueden establecer las diferencias que presentan sucesivas épocas de la historia. Su carácter de categoría cronológica sirve para ordenar distintos periodos de la historia y establecer una secuencia que, comenzando en la antigüedad, atraviesa la Edad Media y llega a la época moderna siglos XV al XIX para ingresar a la época contemporánea o actual. De este modo, lo moderno se ha ligado al concepto de época, convirtiéndose en un concepto referencial que relaciona lo viejo con lo nuevo, el pasado con el presente, lo remoto con lo actual.


Hoy día, rigen la producción o resuelven problemas de los viajes interplanetarios, median poco menos de doscientos años. En este lapso, una sociedad tradicional, arcaica y pre− capitalista se ha transformado en una sociedad moderna, industrializada y en trance de dejar de ser capitalista. Los cambios han sido rápidos, las transformaciones profundas y las mutaciones producidas han afectado todos los _ordenes de la vida social, sin que por ello pueda preverse un estancamiento en las profundas corrientes que impulsan el desarrollo social.
El hábito de vivir entre los nuevos países, productos, artes, ciencias, sistemas educativos, medios de transporte, técnicas, juegos, guerras, políticas, en, maneras de existir debilita nuestra admiración, nuestro asombro, ante las maravillas que ha descubierto el hombre o ante las cosas que ha creado o que las produce y reproduce a voluntad, siguiendo el ritmo creciente de las necesidades y anhelos de la sociedad. Esta realidad de lo nuevo esta inseparablemente unida a los tiempos modernos y ha surgido de la sociedad que se ha formado en ellos.

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